miércoles, 17 de diciembre de 2008



Se derrumba el tiempo contenido en el adobe descolorido. La transparencia deslumbrante del pasado en un pretérito imperfecto se ha alejado a paso lento sin protagonismo, hoy yacen en un arco iris melancólico sus últimos tintes, estos ya no pertenecen a la gama cromática elegida por su primer amo.

lunes, 15 de diciembre de 2008



El sol otorga un aura mística, que traspasa el delgado cristal de la ventana, la cortina revolotea como vuelos de golondrinas y el caos adentro es parte de la entropía universal. Así, sin más ni más el tiempo corre rítmicamente aunque en ocasiones pareciera detenerse.

viernes, 24 de octubre de 2008


Macho cabrio corre de cumbre en cumbre con los ojos vendados, se esconde y se ríe, a veces se cree estatua, pasa horas perpetuas sin pestañear; un juego solitario y narcisista. Otras veces arrulla a los conejos y en un descuido les roba una pata y se la cuelga de amuleto.





ilustración de david correa

jueves, 23 de octubre de 2008



De madera natural, pintada o barnizada, de metal, con ojo mágico, con vidrios –otra clase de ojo mágico-, con adornos para las fiestas, enrejadas y polvorientas, herméticas y no tanto. De ellas se cuelan gritos, aullidos, delirios, risotadas, cantos, discusiones acaloradas. Ocultan sueños, resquemores, pasiones, conversaciones de sobremesa.

Ellas lloran en silencio, en un grito que se atasca en sus betas. Padecen de insomnio crónico, a veces cuentan las estrellas, entablan amistad con árboles y malezas. Reciben correspondencia, boletines y publicidades. Poco saben de farándula, gustan oír cuentos de niño, se sonrojan cuando las golpea –dulcemente- una hoja seca.

miércoles, 3 de septiembre de 2008

No tengo rostro, se borró, se me cayó a pedazos píxel por píxel. Luzco mis patas pezuñentas y popochonas. Me paseo cauto, hábil sobre 4 puntos de contacto con el suelo, que no es precisamente la pachamama. Estoy adosado a la tierra, mi músculo cardíaco no es más que eso; un trozo sangrante y latiente de carne que me permite transitar a un ritmo jazzístico.

No me río con frecuencia, la verdad, creo que nunca lo he hecho. Lo siento, es que a veces se me olvida que voy sin mascara, se me olvida que no grito y que tampoco pienso, sólo deambulo a paso corto.

Me gusta pensar en tiempo pretérito, creo que es un mal congénito que disminuye mi visión periférica.



sín título ni nada.

jueves, 26 de junio de 2008



Cómo detestaba su etnia, su piel blanca, pulida, lisa y brillante, era objetivo permanente de vándalos y víctima de los estragos de la naturaleza. Realizó una protesta muda que llego ciegamente a sus amos, ellos sin más miramientos embetunaron de café su virgen piel, la rugosidad ocultó su liso corpóreo, el resultado era verdaderamente diferente, sin embargo lucía espléndida.





captada antes de su metamorfosis

domingo, 15 de junio de 2008

De cocos y de drilos


Alberto y su pandilla son vegetarianos, quieren limpiar el nombre de los suyos, hacer la diferencia. Caminan en dos patas y optaron por una vida sin violencia. Los más ancianos se escandalizan, en protesta los drilos –como se hacen llamar Alberto y su grupo- se arrancaron los dientes, los llevan de amuleto.

domingo, 4 de mayo de 2008



Patas de hilacha, corre sin mirar atrás -es un poco cucaracha-.
Mohicano miope, corre dejando una estela de hedor nauseabundo.
Ya ha olvidado los placeres de un buen remojo y el paso por el saca-muelas,
ni siquiera se poda las uñas, por eso corre como gacela.




ilustración de Alejandro Figueroa

sábado, 19 de abril de 2008

A un gato muy pesado


Era sólo –de solamente y soledad- un peluche exótico. Un día sin más ni más, se levantó, cruzó la puerta, arrancó de un zarpazo lo que vio a su alrededor, lanzó un grito hondo desde las entrañas y se tumbó en el suelo. Soñó con buenos tiempos en la selva, con su sensualidad perdida, con sus presas temerosas… Llegó Catalina, lo jaló por la cola y lo devolvió a la repisa de los peluches polvorientos.



Ilustración de David Correa

domingo, 13 de abril de 2008

Goriloso


Simio jazzista pide plata afuera de un puterío, sueña con ser proxeneta, la trompeta, sólo –de solamente- le a traído desdichas. Pasa las noches tocando el bronce en amarga letanía, de vez en cuando alguien le lanza una moneda, en gesto tímido la recoje la guarda en un pañuelo. Él ya no recuerda, ni los buenos tiempos de jungla y risotadas con los monos, se le olvidó el olor a selva viviente, la selva que pisa es una broma de cemento, una humorada a sus ancestros, un día será proxeneta.



ilustración de Serge Cordovson

miércoles, 9 de abril de 2008

A un rino drogado y a un rino de lomo enchulado.

Deambulaba de aquí a allá el rinoceronte con ojo perdido, alzando su cuerno, pero su orgullo se ha esfumado, manchó su lomo en un duelo de elegancia sin mucha prestancia, se alejó de la comarca. De pronto una música gitana se le coló por las orejas, en su danza torpe y su canto incomprendido se marchó a paso lento.


ilustración de Serge Cordovson

lunes, 7 de abril de 2008

Josefina


Se abre la puerta, en tropel llega la risa torpe de un grupo de muchachos de las calles aledañas al parque.

Ella asustada, en sus 8 años es la primera vez que la envían por el pan para la once. Debe enfrentar a todos esos extraños entes mundanales que le parecen aterradores con sus voces gruesas y sus ocasionales alaridos humanoides. Se ve inmersa en una jungla de cemento, que jamás a atravesado sola. Siente como el corazón le bombardea sangre a una velocidad jamás experimentada. Le abruman las cárceles naturales, los imponentes semáforos. El hombrecito quieto de rojo parece que le guiña un ojo, ella se ríe nerviosa aun temerosa por la jauría metálica, ahora pasiva.

Cruza con paso firme y elegante, su gran peripecia termina, dejando un sendero de migas.

domingo, 9 de marzo de 2008

gran soñador


Corría colina arriba y se estrelló con el cielo.

martes, 19 de febrero de 2008

animalosidat


Jugaban en el estanque junto a los humanos –ellos con esnorquel- a cazar escarabajos dorados. Curioso era que los ganadores siempre eran los descomunales hipopótamos. Inocentes entes humanos, creían en la nobleza de ellos. No sabían que guardaban dorados ejemplares en sus formidables hocicos.


A los tramposos orejas pequeñas.





ilustración de Daniel Egneus

martes, 29 de enero de 2008

de suma importancia

renovados relatos se contaban en mi croquera cuentil, yace en algún lugar polvoriento, húmedo y lejano.
quien encuentre mis palabrerias abstractas por ahí, que me lo haga saber porque aquí perenne espero que lleguen corriendo en tropel y deletreándose.