lunes, 7 de abril de 2008

Josefina


Se abre la puerta, en tropel llega la risa torpe de un grupo de muchachos de las calles aledañas al parque.

Ella asustada, en sus 8 años es la primera vez que la envían por el pan para la once. Debe enfrentar a todos esos extraños entes mundanales que le parecen aterradores con sus voces gruesas y sus ocasionales alaridos humanoides. Se ve inmersa en una jungla de cemento, que jamás a atravesado sola. Siente como el corazón le bombardea sangre a una velocidad jamás experimentada. Le abruman las cárceles naturales, los imponentes semáforos. El hombrecito quieto de rojo parece que le guiña un ojo, ella se ríe nerviosa aun temerosa por la jauría metálica, ahora pasiva.

Cruza con paso firme y elegante, su gran peripecia termina, dejando un sendero de migas.

3 comentarios:

Srta. Lepidóptera dijo...

Que ternura de relato. Toda una experiencia para Josefina. Bien por ella XD.

Anónimo dijo...

La experiencia experiencial me parece tragicómicamente familiaresca, sobre todo por lo acontecido con referencia al mundo panificador.

p...t...
o o

Elena Mardorf dijo...

doña lepi: gracias por notar la candidez de la pequeña nena.

don otto: Claramente. Nada más que decir.

p. t.
o.o