jueves, 23 de octubre de 2008



De madera natural, pintada o barnizada, de metal, con ojo mágico, con vidrios –otra clase de ojo mágico-, con adornos para las fiestas, enrejadas y polvorientas, herméticas y no tanto. De ellas se cuelan gritos, aullidos, delirios, risotadas, cantos, discusiones acaloradas. Ocultan sueños, resquemores, pasiones, conversaciones de sobremesa.

Ellas lloran en silencio, en un grito que se atasca en sus betas. Padecen de insomnio crónico, a veces cuentan las estrellas, entablan amistad con árboles y malezas. Reciben correspondencia, boletines y publicidades. Poco saben de farándula, gustan oír cuentos de niño, se sonrojan cuando las golpea –dulcemente- una hoja seca.

4 comentarios:

"Mecha-Art" dijo...

Y Dios es tan feo como yo, pero no tan bueno como la sonrojada puerta del centenar de vocablos ;)

Anónimo dijo...

mi puerta es muy nada. y me gusta

Elena Mardorf dijo...

mecha: yo creo que hay que apostar a ganador y traer de vuelta al padre y que cruce la puerta.

Anónimo dijo...

me encanto la ultima parte de la sonrojada por la hoja seca fue como
awwwwwwwwww
me agrado oshee
las puertas aguantan harto.. hay que decirlo xd
de donde es la foto??
me parece conocida la señora puerta xddd